¿Cambio en China? (I)


El primer ministro de China, Wen Jiabao, inauguró hoy el Foro Económico Mundial (FEM) de Dalian, conocido como el "Davos asiático", donde ofreció su receta de cuatro puntos para que el mundo salga de la crisis y destacó dos de ellos: la lucha contra el cambio climático y la oposición al proteccionismo.



"El cambio climático es un reto común para toda la Humanidad y cada país, cada persona, ha de asumir su parte de responsabilidad", destacó, al señalar que China "asume la suya" aunque son los países desarrollados los que tienen una "mayor responsabilidad histórica".
Sobre el proteccionismo, Wen aseguró que "sólo retrasará la recuperación económica mundial" y advirtió de que es "miserable decir algo (criticar medidas proteccionistas de otros países) y actuar de forma contraria".



Prometió al respecto que China "nunca será proteccionista" y como ejemplo de esta actitud mencionó las misiones de compra que el país ha llevado a diferentes mercados (España entre ellos) este año.



Como tercer punto clave para salir de la recesión, destacó que se debe "promover una recuperación sostenible", a través de políticas macroeconómicas coordinadas, la reforma de los sistemas financieros, una mayor transparencia de éstos y sistemas de alerta para evitar que se repita en el futuro un 'crack' bursátil como el del pasado año.



La protección de los derechos intelectuales fue mencionada por Wen como cuarto pilar para la recuperación, pese a que China sea criticada por tener el mayor mercado de falsificación de marcas del mundo:"China toma fuertes medidas contra los mercados ilegales y respeta la propiedad intelectual, dando gran importancia a invenciones y descubrimientos", aseguró.
El primer ministro resumió estas cuatro ideas señalando que la confianza entre las economías es crucial: "la confianza es más preciosa que el oro cuando hay dificultades", aseguró, señalando que la economía mundial está en "un cruce de caminos", en el que mediante los esfuerzos conjuntos "las nubes oscuras de la crisis se dispersarán y veremos el amanecer".



En el caso chino, Wen subrayó una vez más el importante papel de que el desarrollo nacional sea rápido pero a la vez estable con el fin de contribuir a la recuperación mundial, a través de una política fiscal activa, una política monetaria moderada y las medidas de estímulo.
Medidas que, según él, "no sólo se reducen al gasto de 4 billones de yuanes (medio billón de dólares) con el que algunos simplifican" los esfuerzos de la tercera economía mundial.
Wen añadió que el principal objetivo de China es "construir un país fuerte a la vez que se mejora la vida de su pueblo", y reiteró la promesa de establecer un sistema que brinde acceso sanitario y educativo para toda la población, sustituyendo el actual de pago.


"Mejorar nuestra red de seguridad social es un objetivo supremo", destacó, aseverando que Pekín tampoco ahorrará esfuerzos en crear más trabajos (se calcula que entre 20 y 40 millones de chinos perdieron el empleo por la crisis) y en estimular el consumo interno.
El país asiático se ha fijado la meta de crecer el 8 por ciento este año para lograr una estabilidad económica y social, y en la primera mitad del año ya consiguió prácticamente el objetivo, aumentando su PIB un 7,9 por ciento.



Wen nombró todas las medidas tomadas, desde los subsidios a familias rurales para la compra de automóviles y motocicletas a las políticas macroeconómicas en banca o industria, y advirtió que "algunas de ellas tomarán cierto tiempo en dar resultado" pero que ello no hará que el Gobierno cambie sus planes.



También aseguró que China "no es inmune" a la crisis, pese a mantener su crecimiento este año, y destacó que las medidas no buscan efectos sólo a corto plazo sino la transformación completa del país en uno más enfocado en el consumo y la inversión internas y la innovación científica y tecnológica.

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